Leyendas muertas

Es una extraña leyenda de ángeles que nadie a visto, que nadie puede ver y probablemente nunca existieron...

Las lagrimas le impidieron continuar, ya no podía escribir, le pesaban los metales de las manos, le dolía el cuerpo, el corazón, era un esclavo más, sin poder, sin voz, que tras las rejas de una vieja carreta recorría pueblos y ciudades sin detenerse ni una sola vez, hambriento y escondido entre los mayores escribía en un pedazo de tela lo que su boca no dejaba salir, apenas lograba encontrar con que escribir, y hasta a veces era la sangre de otros  la que contaba la historia, los días son tan largos que des de que murieron sus padres dejo de contarlos, son tantos sus nombre y tan diferentes sus dueños que ya ha olvidado sus sueños, su procedencia, sus raíces...

-Los hijos de esclavos morirán como esclavos-

Missión Fallida

-Va a alguna parte señor?-Le pregunto impidiéndole continuar.

El intento deshacerse de la molesta camarera, e ensimismado en la idea de que el objetivo se escapaba no se percató de la brutal fuerza que esta tenía. Le fue imposible avanzar con ese agarre. Finalmente cedió y se giró hacia ella, que señalándole la puerta con una mano le dijo:

-Lo lamento señor, pero he de pedirle que se marche.

-Eso intento- contesto mirando amenazadamente el agarre.

-Esa es la puerta de servicio, debe marchar por la principal señor.

Miro por última vez su objetivo, y se tensó al ver llegar un taxi. Liberó brutalmente su brazo y se precipito hacia la salida de servicios, pero cuando logro tocar tierra, el taxi ya marchaba. Misión Fallida.

"Mierda" musitó para si. Su rostro, enmascarado por la rabia se dirigió hacia la camarera, que continuaba atendiendo a los clientes como si no hubiera ocurrido nada. Algunos comensales lo miraban sorprendidos,  pero no le importo, y centrado en un nuevo plan desapareció entre los callejones más oscuros, evitado así las cámaras de las vegas. Ella, consciente en todo momento de lo ocurrido no le quitó la vista de encima.

Sin nombre.Sin hogar

Para lo bueno y lo malo todo el poblado acudía a él.

Él era sabio,era amable, y con una sonrisa tan hermosa como las noches sin luna, nunca vistas pero soñadas. Él siempre era sincero, aunque no siempre fuera de agrado la noticia, y a veces, incluso le sorprendían en su llamada aquellos que nunca creyeron necesitar la ayuda de nadie, se postraban y con lágrimas en los ojos le rogaban consejo.

El nunca creyó saber más que nadie, ni se hacía llamar Dios. Tan solo veía desde la calma lo que los ojos llorosos impedían comprender a los más desesperados. Él siempre decía que la verdadera magia era la que no se mostraba, la que no se veía, decía, que eran nuestros actos los que impedían que se apagara.

Y cuando creías necesitarlo, desaparecía.

Buscador de caminantes

Al caer la noche paseaba durante horas por las oscuras calles en busca de sueños, en busca de caminos nuevos, en busca de una salida, aunque no fuera duradera.

Y es ahí, en medio de ninguna parte que un sueño la invadió, le hizo volar, verse en la abundancia, ella sonreía, caminaba ya sin rumbo pero sonreía. Ese sueño le mostraba los lugares mas hermosos del mundo,las plantes mas exóticas y las brisas mas suaves, las personas mas agradables y la tierra mas fina..todo irreal, pero todo posible.

Dieron las doce y debía marchar, no se entristeció ni lloro, disfruto de aquel sueño hasta el final.Al llegar a su puerta el sueño la libero y fue en busca de nuevos caminantes a los que mostrarles un camino.

De todo aquello le quedo un pensamiento: Que la vida seguía y ella no iba a quedarse atrás. Mientras caminaba recordaba aquellos susurros: Esto puede ser tuyo, pero no lo alcanzaras con lagrimas ni con un trabajo mediocre, y si no es tuyo sera de otro. Porque la vida sigue y te esta dejando atrás.

Cada  sueño trapa un caminante y le muestra un camino distinto, pero hay pocos, porque la noche no es para cobardes y ya no quedan soñadores.